Breve historia del cartel de cine.
El cartel de cine aparece en el siglo XX como invento de la propia industria cinematográfica. Desde entonces ha acompañado a las películas y ha sido testigo de las evoluciones estéticas y artísticas de cada época. Los elementos comunes son las imágenes y la tipografía pero será su tratamiento, selección y composición lo que determinará su impacto y efecto.
Un buen diseño de cartel es fundamental ya que, junto con el trailler, es el vehículo para llegar al público y trasmitirle la esencia de la película, dejando a su elección que la vean o no.
El cartel de cine: soporte publicitario y vehículo de emociones.
El cartel de cine es una pieza visual concebida para trasmitir una información con el objetivo de llegar a un número elevado de receptores de manera instantánea.
Los elementos básicos de carácter plástico a través de los que se expresa el cartel son: la composición, la imagen, el color y la tipografía.
1) LA COMPOSICIÓN.
La composición es el recurso más adecuado para comunicar conceptos. Dinamismo, desequilibrio, tensión, tranquilidad, etc. Hace referencia al modo en el que se disponen los distintos elementos constitutivos del cartel (imagen, título, texto, color) para lograr una ordenación de lectura que proporcione una visión de conjunto organizado, sencilla, capaz de trasmitir el mensaje del filme con claridad.
2) LA IMAGEN.
Si la composición sintetiza el filme en un concepto que queda sugerido en el cartel cinematográfico, la imagen posee la fuerza necesaria para captar la atención del observador. Accede a su memoria y forma un recuerdo que le permitirá identifica la película en cualquier situación.
3) EL COLOR.
El color es el vehículo en el que viajan los sentimientos. Amor, odio, rencor, amistad, tristeza, melancolía, miedo, venganza, se hacen visibles en el cartel cinematográfico por medio del color.
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